Pues eso. Algo había leído (de pasada) sobre los spamers y las redes sociales, pero, en mi corta trayectoria como usuario de este tipo de webs, nunca había recibido un mensaje de esta gentuza.
Por desgracia, hoy he constatado que es una realidad. Mientras investigaba un poco más en livemocha, he recibido un mensaje de una tal Philomena Morin -ya sabéis a qué ateneros- que solicitaba mi correo electrónico para enviarme su foto y comenzar a tutorizarnos sin tener que acceder a la red social.
Como a esta gente se la ve de lejos, y para cerciorarme de que se trataba de un «colector de direcciones de correo», le respondí desde una de mis cuentas basura y, voilà, una hora más tarde ya tenía en mi buzón los primeros mensajes spam (lleno de inexactitudes, y prometiendo amor, sexo y viagra sin límites).
Lo único bueno de este suceso es que pude verificar el excelente servicio de atención al usuario de Livemocha, al menos en lo referente a la notificación de abusos, ya que me respondieron en apenas media hora.
En fin… suerte.